(El lugar donde suelo encontrarte)
Hay un rincón en nuestras almas
en
él
se encuentra
con
frecuencia
nuestra
calma.
Siempre hay latiendo una ocasión
que nos inquieta su existencia
y le recuerda al corazón
que cada instante bien vivido
la pena había valido.
Y si la tarde asoma con su ocaso
e interpela a la razón, cuál es la causa
para la dicha haberla omitido,
para no ser lo que debimos ser a tiempo
nuestra silencio suplirá todo intento
para dejar que un último suspiro
inunde de amor nuestros recuerdos…
se encuentra
con
frecuencia
nuestra
calma.
Siempre hay latiendo una ocasión
que nos inquieta su existencia
y le recuerda al corazón
que cada instante bien vivido
la pena había valido.
Y si la tarde asoma con su ocaso
e interpela a la razón, cuál es la causa
para la dicha haberla omitido,
para no ser lo que debimos ser a tiempo
nuestra silencio suplirá todo intento
para dejar que un último suspiro
inunde de amor nuestros recuerdos…