Detendré mis latidos
en la miel de tus labios
como ayer
bajo la noche estrellada
para mejor amarte en la distancia,
y recorrer palmo a palmo tu piel
esa piel que añoran mis sentidos
y recorrer palmo a palmo tu piel
esa piel que añoran mis sentidos
como ese 25 de febrero.
Buscaré ansioso tus sueños
con afanosa religiosidad mundana
y dejaré que mis dedos exploren
la senda bendita de tus labios.
Mientras mis ojos cerrados
dibujarán tu orilla distante
y tus latidos de siempre
serán la música sublime
de mis recuerdos indelebles
que orientarán desde ese instante
cada uno de mis pasos timoratos.
Buscaré ansioso tus sueños
con afanosa religiosidad mundana
y dejaré que mis dedos exploren
la senda bendita de tus labios.
Mientras mis ojos cerrados
dibujarán tu orilla distante
y tus latidos de siempre
serán la música sublime
de mis recuerdos indelebles
que orientarán desde ese instante
cada uno de mis pasos timoratos.