22 ago 2014

A TI

Bella mujer, luz de mis sueños
piel de mi ilusa fantasía
ternura hecha carne,
en este día mis suspiros se aúnan
para entonarte en la simpleza de estos versos
la grandeza de tu ser, bendita seas.

Solo tú sabes mujer bella, diosa mía
lo mucho que mis labios te desean
y siento dicha inmensa cuando entono
le hermosa melodía de tu nombre,
ven a mis brazos corazón, ven a mis brazos
que mi amor te desea con delirio
y tímidamente confieso a tus oídos
te amo inmarcesible azucena…

9 ago 2014

CONFESIÓN

Encanto de mujer,
evocación perenne de una risa,
tus grandes ojos son,
son como la luna incandescente
de mi universo sacro.

Para ti bosquejo mis versos
esta curiosa noche,
los acomodo suavemente
como para no estorbar tu sueño,
como para verte radiante,
en silencio desde aquí;
contemplando tu hermosura,
besando la calidez de tus labios
imaginariamente.

Está tu rostro angelical
impreso en mi alma,
junto con tu agraciada risa,
y tu mirada de fuego
guardo para morir en paz,
estampa de mis sueños.

Eres tan mía hoy,
como ayer en mi memoria,
solo imaginariamente;
y he de morir en paz
dejando que tú sepas:
que siempre te guardé
dentro de mi alma…





7 ago 2014


5 ago 2014

RÁFAGAS


       Hay holocaustos que no nos han enseñado nada...

Siento que esta noche
destila una honda pena,
tocan tu angustia las yemas de mis dedos
y me acongoja que te duelan tanto
los muertos inocentes
de tu ciudad derruida,
polvo al polvo.

El insomnio aterrador y mutilante 
de los caídos en esta incursión fratricida
me roba el sueño y la calma,
cabizbajo cruzo el mundo
esperando no una tregua
sino que prime la razón y no el odio,
que el amor venza a la muerte
y no la ambición del que más tiene,
que la paz colme tus calles
y no el deseo belicista del armero,
que el amor pueble tus lares
y no la maquinal mueca de la muerte
ni el suspiro de este luto.

No quiero llorar tu pena,
pero no puedo no callar este silencio:
ya es hora hermanos de la Tierra
que elevemos nuestra voz
(que querrán acallar los titiriteros
y seguramente encabezará tu nombre
el libro de los más buscados),
pero mi voz, nuestra solidaria voz
exhorta y la rectitud exige:
¡Alto al fuego asolador…!
Yo también le pido a Dios
que esta guerra no me sea indiferente.