MUSA DE ARENA
La inspiración que entreteje estas estrofas, apela a los sentimientos más sublimes y vigentes de todos los tiempos, uno de ellos, el amor hacia la persona amada.
Los poemas que nos propone, en este ejemplar, el poeta César Antonio Bedoya, son singulares por su temática y por la manera tan natural de abordarla; a pesar de ser cotidiana, aquí se torna única, porque le canta a un amor particular.
Esta gavilla de poemas es peculiar como cada una de las experiencias que alberga el ser humano en su alma. Es excepcional por la manera tan peculiar de versar estas imágenes cargadas de emoción y de pasión, que nos inunda de nuevas maneras de sentir, tornándose en poesía de la emoción e invitándonos al goce estético de la vida.
Sus versos discurren cual arroyos de aguas diáfanas por cauces vírgenes hacia océanos remotos, su poesía fluye con prudencia y valentía por mundos concretos, atreviéndose con brío y coraje a romper infranqueables murallas, producto de la época en que nos toca vivir, esos muros que tapian nuestros rumbos, esas actitudes indiferentes que no nos dejan ver la luz.
Los poemas que nos propone, en este ejemplar, el poeta César Antonio Bedoya, son singulares por su temática y por la manera tan natural de abordarla; a pesar de ser cotidiana, aquí se torna única, porque le canta a un amor particular.
Esta gavilla de poemas es peculiar como cada una de las experiencias que alberga el ser humano en su alma. Es excepcional por la manera tan peculiar de versar estas imágenes cargadas de emoción y de pasión, que nos inunda de nuevas maneras de sentir, tornándose en poesía de la emoción e invitándonos al goce estético de la vida.
Sus versos discurren cual arroyos de aguas diáfanas por cauces vírgenes hacia océanos remotos, su poesía fluye con prudencia y valentía por mundos concretos, atreviéndose con brío y coraje a romper infranqueables murallas, producto de la época en que nos toca vivir, esos muros que tapian nuestros rumbos, esas actitudes indiferentes que no nos dejan ver la luz.
Amado Muñoz Cuchca
¿CUÁNTAS NOCHES MÁS?
¿Cuántas noches más
mi alma deberá soportar,
percibir solamente
tu figura espectral
recostada frágilmente
sobre mi lecho nocturno?
¿Cuántas noches más
seguiré temeroso
de extender el brazo
y formar con mis dedos
un surco de caricia
sobre tu piel gris
de mi melancolía?
¿Cuántas noches más
mi alma deberá soportar
ver tu cuerpo difuminarse
por haber respirado
tan cerca de tu cuello?
QUÉ PECADO
Qué pecado más sublime
amarte…
Qué pecado
desear tus labios carmesí
a cada instante…
Qué pecado
escuchar
pasión del susurro
que exhalan tus labios…
Qué pecado
envolverme
de envidia contra el viento
que acaricia tu cuerpo
constantemente…
Qué pecado
robar
tus miradas, besos y caricias
y ser sentenciado
a amarte… qué pecado.
MI PASIÓN
Despiertan tus sentidos
y tu corazón,
mi pequeña y frágil musa
para que puedas escuchar
esta noche
las melifluas melodías
que los grillos
hipnotizados por mi pluma
han preparado
para ti.
Abre tus ojos
lentamente
y observa
cómo las luciérnagas
dibujan con sus cuerpos
estrellas palpables
sobre el manto de luna llena.
Exhala sin premura
y percibe el aroma
de aquellas flores sin nombre
que recogí de un paraíso
que yo cree para ti.
Extiende tus manos
y toca mi pecho
para que compruebes
el desenfreno de mi corazón
por el amor
que te profeso.
Finalmente,
entreabre tus labios
y saborea el dulce néctar
que producen nuestros labios
macerados en pasión.
EN POCOS MINUTOS
En pocos minutos
estaré a tu lado
amor mío.
En pocos minutos
reviviremos
nuestros
besos y caricias
que espero
no hayas olvidado.
En pocos minutos
podré observarte
con tu nuevo
vestido blanco.
En pocos minutos
habré de morir
para ir a estar a tu lado.
SOLEDAD
Oh dama imaginaria
que te presentas frente a mí,
seductora con tu vestido negro,
con tu enorme escote
mostrándome tus senos
e incitándome al amor.
Como aquellas otras noches
que dormimos velados
con la sábana húmeda de mis lágrimas,
aquellas noches que solo éramos tú y yo.
Pero hoy no será igual,
hoy tendrás que satisfacer tus deseos
con cualquiera de tus innumerables amantes,
aquellos parroquianos de alcobas vacías.
Hoy no será igual,
pues ahora mi amada
es de carne y hueso
y no como tú,
soledad.
MI LEGADO
Ayer
escribí mi testamento,
a puño limpio y mano débil
por la cercanía de la muerte,
que en estos momentos
me observa a los pies de mi lecho.
A mi dulce y fiel can
le dejé mi silbido con el que lo llamaba
cuando recorríamos
la ciudad por las noches.
A mis amigos
les dejé mi sonrisa que mermaba en ellos
aquellos momentos de melancolía.
A mis amantes furtivas,
les dejé aquellos versos
que escribí para cada una
y así me recuerden sin sabor amargo
ni despecho.
A mis hermanos
les dejé todo el amor
que les profesé y profesaré
aun estando muerto.
Y a mi musa,
mi amada musa le dejé mi alma
para así poder descansar
en su corazón,
en paz eternamente…
¿QUIEN ES ESE SER?
Quién osó
despertar al oscuro cielo
y pintar a la Luna
de color dorado.
Quien fue
tan cruel
que hizo trinar
a las avecillas
provocando el despertar
de mi amada.
Quien es el despiadado
que ahora
hace que ella se vista
y con un beso
marque su partida.
Quien es este ser
a quien odiaré
toda mi vida.
CUERPO Y ALMA
Observa amor mío,
cómo
en este preciso instante,
nuestras sombras
se han desprendido,
por un momento,
de nuestros cuerpos
y danzan
aquella melodía
que yace escondida
en nuestra pasión.
MUSA
Nacidas de Zeus,
transcritas por Hesíodo,
musas amadas
como las del Helicón,
musas odiadas
como Gala y Salomé.
Van Gogh te obsequia su oreja
y Rossetti te conserva en un lienzo
aunque ya no estés viva.
Pues así como inspiras
a la creación,
también inspiras
a la destrucción, a la muerta
o a la locura por no poseerte,
o por tu prematura partida.
Aunque siempre
no conserves
la misma fisonomía,
al que inspiras,
creando o destruyendo,
dejas tu huella
de alegría o melancolía.
A PESAR DE TODO, TE AMO
Desearía odiarte
más que amarte
pero no puedo,
naciste
para acongojarme,
y seducirme,
para despreciarme,
e ilusionarme,
para volver
a mi mísera realidad:
no dejarte de amar.
Pero aún así
lo hago
y lo repito con el mismo énfasis
de la primera vez
que te observé
mi amada
ojos color miel,
mi Dulcinea
de hiel.
MUSA DE ARENA
No cuentes
a nadie
musa de arena
aquel verso
que susurré a tu oído
cuando comprobé
que el destino
te trasladó
de la fantasía
a mi realidad.
No cuentes
a nadie
musa de arena
aquel verso
que susurré
a tu oído
y que ahora yace
fantasmagóricamente
en tu dedo medio
como sortija
de boda
para así poder reconocerte
cuando reencarnemos
y no sufrir ambos
el doloroso camino
a nuestro reencuentro.
EURÍDICE
No voltees
y permíteme
devolverte al mundo
de los vivos.
No voltees
para que no
cometas aquel error
que volvió insano a Orfeo
por la desesperación
de su amada.
No voltees
porque Hades
solo se deja
convencer una vez
por Perséfone.
No voltees
porque ya falta poco
para cruzar
aquel umbral
que pocos hombres
han cruzado
estando vivos.
No voltees
amor mío,
No voltees.
YO JUGABA A SER UN DIOS
Yo jugaba
a ser Dios,
antes de conocerte,
a crear con mi pluma
hermosas damas
que satisfacían
mis ráfagas de soledad.
Yo jugaba
a ser Dios,
antes de conocerte,
a inventar parajes
más bellos
que el paraíso
en donde transitaba
desnudo
a través de mis delirios.
Hoy
dejé de jugar a ser Dios:
toda tu belleza
supera a mi imaginación.
DESEOS
Errante y perdido
en tus ojos,
escribo este verso
para así
poder desfogar
este impulso de deseo.
Deseo de reír.
Deseo de llorar.
Deseo de la Magdalena.
Deseo de Compostela.
Deseo de volverte a contemplar.
YO APRENDÍ A SER POETA
Yo aprendí
a ser poeta
no con eruditos
ni complicados libros.
Yo aprendí
a ser poeta
no escuchando
aquellas historias
de amores furtivos.
Yo aprendí
a ser poeta
no escribiendo versos
con rima ni lisonjas.
Yo aprendí
a ser poeta
simplemente
describiendo aquellas sensaciones
que tu belleza
y amor que exhalan
sin que nadie más
se dé cuenta.