11 may 2012

MADRE















Mis labios tiemblan
dibujando el viento gris
de mi ayer no habido
y el perfume de tu paz
consuela mi inocencia
y dejo que mi pesar
se esfume entre tus manos
y tú valientemente esbozas una risa,
mi paz vuelve hacia mí,
mis penas ya no existen,
porque, madre, eres la antorcha
que ilumina mis días y mis noches...