No sé por qué
pero noviembre
me susurra tu nombre al oído.
Mejor dicho, sí sé por qué…
porque llegaste hasta aquí
cuando cierto año se extinguía
como la noche tibia frente a ti,
entre minúsculas caricias no olvidadas,
como nunca olvidaré tu nombre
ni el sabor primaveral
de tus labios de diosa sempiterna.
25 dic 2012
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