Distingo en este sonambulismo ingente
ese espacio de tu piel
no poblado todavía por besos ni aleluyas.
no poblado todavía por besos ni aleluyas.
Indeciso en la devoción de tu vientre conjeturo
y creo contemplar tus manos
que transitan mis silentes sienes
mientras un beso nos devuelve a la vida.
Sediento el cúmulo vivido atravieso
suspirando algún ayer perpetuo
y creo una vez más en tu sonrisa…
Y ya no me duele como antes
que nuestros pasos no hayan coincidido,
lates en mí y yo vivo entre tus manos.