Puede ser que mi voz
hoy toque tus recuerdos
y tus latidos se aceleren
como esa noche de verano
que perdura en mi existencia.
Podrías ignorar hasta tu nombre,
pero el sabor de esas caricias
volverán a ti cada instante
perennes en tu piel de diosa.
Y si hoy la muerte me somete
recordarás cuánto te quise
en esta melodía interminable
que conjuga con todos tus encantos
como aquella noche de siempre
en que fundiste tu existencia con la mía.