14 jun 2009

JHARY PALOMINO OVIEDO, OTRA VEZ EN ESPEJO DE PAPEL

POESÍA LIBRE DE
JHARY PALOMINO OVIEDO


Otra vez, nuestro espíritu condesciende con esta segunda entrega de la tierna poesía de Jhary Palomino Oviedo, poeta que le canta al amor más sublime como si se tratase de un amor intrascendente.

Estos versos tienen una particularidad intencional, han sido creados para cantarle a la grandeza de la vida recibida por nosotros como don gratuito, por parte de quien sabemos que nos ama.

Cual oración que desde tiempos inmemoriales entonaban los salmistas, así pretenden elevarse estos versos cuyo ritmo interno marca nuestras experiencias más humanas, que adquieren sentido al entremezclarse en una simbiosis con el Eterno e infinito Amor.

Tus espinas puntiagudas

me responden,

y mi sufrimiento

encuentra en ellas la felicidad.


VIDA

Vida eres;
como la rosa
fulgurante en el alba,
con espinas
que dan vida a la vida.

El dolor te caracteriza,
tu perfume
da aliento a la humanidad,
aliento que embellece,
al hombre peregrino.

El color verde que cubre tus espinas,
te dan la esperanza necesaria,
para seguir el camino
a la vida eterna.

Tus espinas puntiagudas
me responden,
y mi sufrimiento
encuentra en ellas la felicidad.


RECUERDOS

En el desierto de la vida
mi ser,
se encuentra anclado.

Tiritan de frío
mis huesos
junto a las flores
que dan belleza
a mi espíritu.

Solo el dolor me envuelve
como la nube al sol.

Las lágrimas brotan
como chorros de agua
que dan cause a la vida.

La vida vuelve a renacer,
y la vida a la eternidad.


RECUERDOS DEL AYER

El día ya agoniza
mi madre postrada
por su enfermedad
sufriendo está
en callado amor,
una sonrisa brota de sus labios
poco a poco
el ritmo de su corazón
va descendiendo.

¡Qué dolor!, dolor, dolooooor “grité”
en los pasillos de mi angustia,
queriendo liquidar mi vida.

Sin ella ya no tiene
sentido mi vida.

Abatida,
sin saber qué hacer
emprendí mi andanza,
gotas de lágrimas
empapan mi rostro.

Tomé las manos de mi madre
sus ojos nublados
no me reconocieron.


DESIERTO

De noche el mal profana mi alma
la aflicción toca mis días:
donde lo mío, no es lo mío;
la debilidad cubre mi vida
pido auxilio y no me socorres.

Mi corazón está quieto
sin respuestas,
los latidos se paralizan
como la piedra,
y la muerte se consuma.


ORACIONES Y ALABANZAS

Brotan oraciones y alabanzas
de los labios de mi madre
que entregando está
su lama al Padre Eterno.

Detiene su curso el aparato…
noooooooooooooooooo grité
mi madre inclina la cabeza suavemente
su corazón deja de latir,
mi noooooooooooo
llenó la estancia
y su eco
me llena de dolor y pena.

SOLEDAD

La soledad consume mi alma,
a gritos pide a la humanidad,
sangrando está en el desierto
sin saber a dónde ir,
vaga como huérfano
sin padre ni madre en la vida.

Los cúmulos del desierto
contemplan mi llanto,
sin saber qué hacer conmigo.

La muerte oprime mi alma,
enfrentándose están ambos,
mientras tanto mi corazón
languidece poco a poco,
hasta dejar de latir.

Mi alma desciende
hacia el infinito,
para morar
con el Eterno Amor.


ENAMORADA ESTOY

Tú mirada cautiva mi alma,
tu aroma desvanece
mi ser.

Siento tus caricias
suaves como la seda,
nuestro amor se consuma
poco a poco.

Ni la muerte,
ni el dolor
nos separarán.

Mi amado es para mí,
su vida me pertenece,
y yo soy para mi amado.

Ningún mortal
podrá separarnos,
y desechar
nuestro amor eterno.


DILEMA

No sé cómo empezar
estos sinceros versos,
no sé cómo solucionar
el problema del poema.

Empezaré
cuando empiece el alba,
con la mañana, empezaré;
y reconoceré
que reiniciar vale la pena.