Acurruco mis enigmas sempiternos
en la sagrada y maternal cesión
de ese recodo perenne de tu alma
que nos confiere la dicha y la calma
madre del universo,
amante de la vida sin distingo…
Dadora de esperanzas y de dichas
mis ojos perciben tu silueta material
que augura la vital presencia
del alimento perpetuo de mi anhelo
y me cobijo crédulo en tu bendito seno
y gracias a tu entrega perpetua
soy árbol
soy río
soy luz
soy noche
soy pez
soy ave
soy vida…
Madre infinita mis ojos te contemplan
en el verdor acogedor de la vida
en la luz referente
de una luna atrapada
entre mis sueños y quimeras
de humano
de animal
de ignoto palpitar que yace calmo
sabiendo que velas su existencia.