A Mónica Madrid
Intento alcanzarte sin palpar tus miedos
retándole al tiempo que intenta alejarme
de aquellos latidos,
de tantos pesares
que esa noche febril nos dieron la calma;
mientras mis tímidos besos recorrían ansiosos
tu edén reciente
musa de mi ayer y de mi siempre.
Siento que tu aroma de diosa terrena
perfuma el silencio de mis dubitaciones
y deja que mi alma sedienta de ti
conjugue su dicha con una mirada
que vuelve a fundir mi alma con tu alma
como aquel verano que jamás olvido.