No esperé tanta dicha esta noche
y me regalaste un universo
con tus besos...
con tus besos...
No esperé tanta dicha en mis horas
y llegaste a mí
coronando mi existencia.
No esperé tanta dicha, mas tus manos
me ayudaron a enrumbar mi vida
por el edén bendito de tu vientre.
No esperé,
yo no sé qué esperaba,
pero tú fuiste, tú eres y serás
la magia que revive a cada instante
el amor que nació de nuestros ojos…