12 jul 2009

WILLIAMS MONROY ARCAYA, EN ESPEJO DE PAPEL

FE DE ERRATAS
(Cuento)
Introito

Con la publicación de esta impactante historia, cerramos un ciclo de publicaciones semanales ininterrumpidas.

Nos complace sobremanera hacer llegar a nuestros lectores, este nuevo cuento de Williams Monroy, titulado “Fe de erratas” cuya temática apela a nuestra memoria colectiva para rememorar un eterno segundo de la herida sangrante que tuvieron que soportar los protagonistas de este relato, pero también nuestra patria y su gente.

La crudeza de los temas que aborda, exige un lenguaje directo y sin fingimientos, que connota junto con lo que nos va narrando, la inmensa cruz que llevaban a cuesta los peruanos de entonces y que muchos pueblos aún cargan hoy en día.

Williams tiene un estilo peculiar que se caracteriza por su rompimiento del espacio cronológico lineal, para dar paso a la emanación de escenas e ideas que pretenden salir de golpe, pero que terminan dando prioridad a ciertos sucesos por su magnitud e importancia, para que los que siguen nuestros pasos no caigan en lo mismo y para dejar sentada una memoria que jamás debe olvidarse. Busca nuestro autor con Fe de erratas demostrar que los pasos mal dados deben corregirse para que la historia nos recuerde como seres civilizados.
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Felipe
Cuando abrió los ojos no escuchaba nada, solo llegaba a ver el cielo azul sobre él, no sentía dolor, no sentía ardor, no gemía, no lloraba, no sentía; solo quería ver a sus amigos, los buscaba pero no los encontraba, ni siquiera podía voltear su cuello para ver si estaban a su lado. -¡Gío!; ¡César!; ¡Víctor!; ¡Matías!-; nada. Quiso levantar su mano, pero no podía, no podía, no podía más-¡Perdónenme!
Sus ojos se volvieron blancos como las nubes que miraba cuando llegó a escuchar voces en un eco interminable.
-Estos son, estos son los malditos, estos son.
***

-Mañana nos vamos de campamento, Víctor.
-¿Mañana? Pero si las cosas están que arden, Felipe. Por favor no vayamos mañana…
-No pasará nada, hay mucha seguridad a donde vamos. Además mientras hagamos caso a los cachacos, nada pasará.
-Pero si hace unos días hubo un atentado…
-No está confirmado y no fue aquí, fue en provincia. Nosotros vamos a ir aquí nomás, a Santa Eulalia para luego subir en camión, con los mismos pobladores de San Pedro, hasta Markahuasi….
-Pero…
-Nada, nada, nada. Mañana partimos. Que no se diga más. ¿Vienes?
-No sé, amigo, me da como mala espina.
-Oye, ya pues, todo el grupo va a ir. Recuerda que tu mala espina también la sentiste antes de postular a la universidad y ya ves, ingresamos.
-Ya, está bien, iré. Pero con una condición.
-¿Y cuál es esa condición, Víctor?
-Partamos en la mañana, quiero estar de día en Santa Eulalia.
***
-Dios no existe… Si existiera, este lugar no oliera a muerto, carajo.
-A m… es lo que huele.
-Es lo mismo: m…, muerte, hambre,… es lo mismo.
-¡Cállense carajo! Silencio. ¿Lo oyen?-
-´ta madre, son terrucos… ¡al suelo!
-Falsa alarma. Pero, ¡qué m….! Oigan, ustedes, qué hacen aquí.
-¿A dónde se dirigen? -gruñó el soldado con su fusil en la mano apuntándoles y con el dedo índice puesto en el gatillo.
-A Markahuasi, jefe -contestó Felipe- estamos de paseo, vamos a acampar.
Los ojos de los soldados que estaban de pie los miraban con desconfianza y más que algunos llevaban puesto pasamontañas y solo esa parte de la cara se les podía ver.
-¿Son de Lima? Deben de estar locos. Las cosas están peligrosas por acá… Cabo, revísenles sus cosas a estos muchachitos… ¿Acampar?
El soldado que les hablaba tenía una voz gruesa y profunda y Víctor se había dado cuenta con la luz de la linterna, que era el que llevaba puestas las botas más sucias que todos los demás.
-¿Qué miras?- gruñó el soldado.
-Nada, jefe, nada.
-Nada mi sargento, solo ropa y trago y sus carnés de la universidad.
-Así que son universitarios los niños, miren nada más.
-Sí, somos de la universidad, pero estudiamos distintas carreras, aunque de la misma base- afirmó Matías con temor.
-Mi sargento-
-Dígame, cabo.
-Mariátegui.
-Y esto, mis queridos “estudiantes”.
Dos soldados con pasamontañas los apuntaron al mismo tiempo que preguntaban si disparaban.
-Calma, que estos polluelos estás desarmados.
-Pero se van a encontrar con otros que si lo están- gritó uno de ellos.
El sargento los miró y les volvió a preguntar qué hacían en Santa Eulalia a las tres de la mañana.
***

Matías
La sangre no lo dejaba respirar. ¡Me ahogo, me ahogo! Pensó que gritaba, pero no se oía voz alguna. -¡Me ahogo, me ahogo!- Su garganta quemaba, su cuerpo mutilado yacía en un charco de sangre pero que no solo era de él, sino de otros que con ellos estaban. Su mente recordó las clases en la universidad, el rostro de su madre orgullosa por su hijo universitario, la alegría de sus amigos cuando le cortaron el pelo y el rostro de sus compañeros de viaje. -¡Me ahogo, me ahogo!- Lloró, pero no sentía sus lágrimas en el rostro. Lloró, pero el hombre de pie a su lado no se conmovió. Disparó.
***

-¿Ya estás lista?
-Claro. Oye, lo de hoy, por favor, que quede entre nosotros.
-Pierde cuidado, Gío.
-Oye César. Gracias, fue bonito.
-No, Gío, la pasamos bien. Tú sabes que yo…
-No lo digas, por favor, no lo arruines.
-Vamos, Matías nos está esperando afuera.
-Dónde estaban, maldición. Ya son las doce y cuarenta. Vamos a llegar tarde a la agencia.
-Tranquilo, viejo, hay otro bus que sale media hora más tarde.
- Sí, Mati. No te preocupes, intervino Giovanna -Además que yo sepa, Víctor le dijo a Felipe que quería llegar de día a Santa Eulalia.
-Ya ves, viejo, cálmate, ya te pareces al profesor de investigación literaria.
-´ta, ni me lo menciones, cumpa.
-Jajaja, casi te jode el verano, verdad Mati.
-Ya cállense los dos y vámonos.
***

-Ya les dijimos que estamos de campamento- dijo con voz temblorosa Felipe.
-¿Nada más, cabo?- gritó el hombre con su voz gruesa y profunda
- Nada más, mi sargento.
- Miren muchachitos, esto me parece muy sospechoso. Nadie viene a acampar por aquí hace mucho tiempo. Si es verdad lo que me dicen, nada les pasará, pero si es mentira, recuerden que solo hay una salida, no lo duden, iremos a buscarlos. ¿Está claro?
-Muy claro- contestó Felipe.
-Ahora, lárguense de mi presencia, acampen en Barba Blanca.
-Pero mi sargento, se acercó el cabo, no es conveniente que los dejemos ir, podrían estar fingiendo.
-Lo sé, cabo, pero estos muchachitos, podrían ser mis hijos, ¿no viste sus caras? La chica, un poco más se echaba a llorar. No, estos cojudos son de los que ni se enteran, ni les interesa qué pasa en su país. Yo me preocuparía por esos cholos apestosos que suben todos los días en camión.
***

-Ya ves que perdimos el bus. ¿Por qué se demoraron tanto?
-No me digas nada a mí –gruñó Matías- diles a esos dos tórtolos.
-Sí, no fue culpa de Matías, Víctor, nos detuvimos un momento para preparar algunas cosas y se nos pasó la hora.
-Pero si era para llegar de día…
-Cómo que si era, acaso no hay otro carro que salga en media hora más.
-No, César, no hay. Con todo esto de que Chosica está declarado como zona peligrosa, han restringido las salidas de los buses y no hay sino hasta las cinco treinta y solo hasta Ricardo Palma.
-Pero chicos, dónde está su espíritu de aventura…
-¡Nada de aventura Felipe!... Lo mejor es quedarnos hasta mañana y partir a la hora en que quedamos.
-Pero Víctor, nos quedaría menos tiempo para disfrutar, ¿no crees?
-Te entiendo Gío, pero qué quieres, ¿que caminemos desde Ricardo Palma hasta Santa Eulalia?
***

César
Olía a carne chamuscada. -¡Dios, qué dolor!- Olía a muerte, olía a pólvora. ¡Qué ardor! Algo tibio recorría su espalda mientras su cuerpo seguía inerte sobre la trocha, su boca abierta tragaba la tierra del suelo, sus ojos y su rostro comunicaban dolor, no sabía si lloraba o era el sudor que caía de su frente. Su aliento escupía la tierra que entraba a su boca. Ardía, dolía. Su mano derecha se arrastraba para alcanzarla. La veía pero ella no. Otro sonido estridente y seco le puso su cabeza contra el suelo. Por más que quería no podía cerrar sus ojos.

***
-¿Pero, qué tenemos aquí, camaradas?
- Niños burgueses que vienen a gastar la plata de su papi burgués.
-Y qué hace esta preciosura con ustedes. ¿No sabes que es muy peligroso que estés por aquí, cariñito? dijo uno de ellos a Giovanna.
-Sí, te pueden lastimar. Habló otro.
-No, si nosotros lo impedimos, gruñó César entre enojado y temeroso.
-Uy qué miedo, con que este es el maridito.
-¡Basta camaradas! gritó el que llevaba un arma más pequeña que la de los otros. Para eso no estamos aquí. No degraden nuestra misión. Además respeten la presencia de la camarada Miriam.
-Pero camarada, si estos estúpidos no están a favor nuestro, están en nuestra contra.
-No, eso es mentira, gritó Felipe con voz casi temblorosa, nosotros simpatizamos con la causa, somos de la universidad del pueblo y hemos leído los siete ensayos, no por no cargar armas estamos en su contra, ¿verdad, camarada?
-Cállate niño huevón. Que si no te mato es por que no tenemos la orden ni el tiempo para hacerlo. Lárguense de aquí, antes de que me arrepienta. Y pobre de ustedes que hablen una sola palabra, juro que los encontraremos y les haremos juicio por traidores. Denles sus cosas camaradas…
Mientras se iban el hombre con el fusil pequeño volvió hacia Giovanna.
-Tú, niña, regresa a casa, estás en medio de una guerra.
-Pero, ¿cuál guerra?
-La del pueblo contra el opresor.
***
Giovanna
Estás en medio de una guerra, de una guerra, de una guerra, guerra, guerra…Despertó. Las palabras de aquel hombre retumbaban ahora en su cabeza. Buscó a César. Lo vio y no pudo llorar. Lo vio y no pudo gritar. Su mano estaba extendida como si quisiera alcanzarla, como si quisiera abrazarla.
-Quiero ir a casa, César, llévame a casa.
Alrededor de ella se oían voces confusas.
-¡Identifica a esos malditos!
-¡Aquí hay uno de ellos!
-Vuélale la cabeza… Oscuridad.
***
Subieron al camión, temblorosos y cansados, no pensaban pasar la noche en Santa Eulalia, ni mucho menos estar tan cerca de la muerte dos veces. Estaban en silencio y solo se rompió cuando Giovanna dijo en voz baja y con un tono de miedo.
-“Quiero regresar a casa”.
-Tranquilos amigos, -dijo Felipe- ya estamos en el camión, aquí nada nos pasará.
No había terminado de decir esto cuando una luz cegadora, como si el sol estuviese junto a ellos, los envolvió sintiendo sus cuerpos llenarse de ardor y desgarrársele la carne, sin tener tiempo ni tan siquiera para gritar.
***

Víctor
Despertó como de una pesadilla. Enseguida comprendió que había ocurrido lo que más temía. Apareció el dolor. Aunque no sabía exactamente dónde estaba, logró arrastrarse y luchaba contra el dolor para voltearse, pero no podía, sentía ardor en la espalda. Pensó que era por el sol, pero realmente lo que sucedía era que se le había abierto en dos y sus piernas se habían perdido en el abismo. El dolor se hacía más agudo y comprendió que estaba alejado de los demás, pero el dolor seguía haciéndose más fuerte y se dio cuenta que sus compañeros no estaban a su lado y el dolor se hacía más fuerte y comprendió que estaba solo y el dolor más y más fuerte y por su boca tragaba tierra y el dolor, el dolor, el dolor desaparecía y se acercaron a él y el dolor se desvanecía y el miedo lo cubría y el dolor ya no lo sentía y alguien gritaba que quedaba uno con vida y el dolor ya no existía –Sí, aquí hay todavía uno. Y sentía que su vida se iba, quiso mirar, quiso saber… pero, pero si son, son… Oscuridad.
***
-¡Señor!… ¡Mi sargento!… ¡No disparen!… ¡Ayuda!
-Pero qué m… le pasa, soldado.
-Una emboscada mi sargento. Todos muertos. Eran cuatro con automáticas y granadas de guerra, salieron de la nada.
-A qué hora fue eso.
-Una y treinta de la mañana. Pensé, pensé que me perseguirían y he corrido sin parar desde esa hora. Lloraba. -Toda mi promoción, sargento; toda.
-Ya cálmese, soldado y hábleme de los terrucos.
-Ya se lo dije, señor, eran cuatro, solo vi a cuatro… y…
-¡Y qué, carajo, y qué!
- Y, y, y…una mujer los ayudaba.
Junto con la luna… su vida se estaba ocultando…


Fin

9 jul 2009

Poesía libre de
MARISELA MARTÍNEZ SCHEELJE

En los poemas que entregamos en este número ha quedado de lado la expresión elemental para dar paso a las metáforas, símiles y otros recursos literarios que fluyen cual manantial que incita a la vida y que Marisela los emplea con naturalidad y maestría.

Estas páginas cobran vida gracias a la fuerza de sus versos, que dejan de ser inanimados para convertirse en un caudal de emociones infinitas. Muchos de sus versos contienen una carga emocional que a uno le remueven los cimientos de su existencia, un estilo que a pocos va logrando.

“No siento nada
y me siento en la profundidad
del ser que me habita.”

La poesía de Marisela ha dejado de ser simplemente inquietante, para tornarse en cuestionadora, rotundamente vallejiana. Sus versos no dicen lo que dicen, dicen algo más, algo que luego de una lectura crítica, vamos descubriendo y no nos queda sino reconocer el talento de la autora y maravillarnos como seguramente se maravilla ella al plasmar estos versos cargados de ternura y que Ex Professo se complace en publicar.

****

GUERRA

Los valles cantan canciones de muerte
y la luna cae vacía
al abismo de la ausencia infinita del amor…
Llueve
llueve a cántaros en la inocencia de la vida
todo es destrucción
pena
gloria perdida
noches que claman
¡Muerte! ¡Muerte!

La naturaleza desciende a lo ajeno
se derrumba el futuro que no comprendemos
se derrumba el sonido
se esparce la sangre
el mundo se hunde en lo absurdo
la crueldad del universo
vence las fronteras de la alegría sin razón.

El cielo se desvanece al contacto
los poros se desvanecen
en las aguas turbias de errores y gemidos.

¡Piedad!
grita el cosmos de tus ojos
los sueños perecen
y a lo lejos se oye
la carcajada incesante de lo que no conoces…

POEMA A LA REALIDAD

Quiero ser algo
que tú te empeñas en negarme
quiero ser alguien
que tu estructura no me permite
quiero mirar en el sentido de la agujas de tu reloj
que se esconden tras las esperanzas
de los que ya se han muerto
quiero surgir de entre tus odios
y saber que no he perdido
que tú olvidaste mi nombre
que ya no me puedes encontrar.

Quiero vivir ausente de tu presente
ciega en tus sonidos
y parecer una pieza más en tus planes.

Quiero crecer pensando que no existes
que te has ido al rincón
de ese universo que no sabe sonreír.

Yo quisiera que tú fueras un sueño realidad
que tu nombre sea mentira
que tus pies no tengan manos
ni tus lágrimas poder.

Hoy
yo quiero ser algo más que no te pertenezca
algo que no tenga tu sabor
para elevarme en el cielo que no tienes
y así ser lo que tú no quieres que yo sea.


CLASE DE FILOSOFÍA

Un mundo surge a cada segundo
en el universo de mi mente….

de pronto imágenes entrecortadas
música vacía
noche
una noche sin nombre
con estrellas que ya no son…
y el mundo se derrumba.

Y escombros
entonces escombros
que llegan al alma
luces
ráfagas
silencio
un mundo nuevo nace con las heridas del anterior,
cicatrices que caducan
¿muerte?
identidad perdida
señales que odio.

No existe el mundo del ayer
no
no soy yo la esencia del viento
que sube y baja
que parece desaparecer
en el escondite de lo oscuro
no soy el rocío que viaja
por la ciudad entera
por el bosque de dudad de historias sin final
no soy mi nombre
ni el camino ilegible que se dibuja en tus manos
no
no soy tú.

No soy tú
porque los mundos se mueren
porque la muerte me llevo a una vida de sol…
de libertad que no sirve
no soy nadie en la tormenta a la que llaman universo
¿de qué sirve resolver el enigma?
¿de qué sirve todo?...
si el pasado se ha rebelado ante el futuro de acero.

¿El baño de oro se cae?
se cae la vida
se cae
se cae
se cae a donde tu estas muerto.


MÍRAME

No te creo,
no en esta ciudad
donde tus vástagos sangrantes
fingen que no existimos;
que tu boca nunca parió promesas ridículas y perfectas
que hoy no son más que ruinas carcomidas
o llagas abiertas en mi vacío inmortal
que ya no te espera en lo oscuro.

No eres real en esta pesadilla
que imagino mientras me besas
con un beso que sabe a tu piel suave
y amarga por tus mentiras.

Me resisto a aceptar que ya no somos luna
en ese paraíso abstracto e inútil
de aquellos días del verano
de hace tan solo algunos años
cuando éramos figuras geométricas perfectas
en el cielo de esa juventud maravillosa
que transcurrió anidada en esa envidia
que hoy tú cosechas.

Soy yo
mírame
soy yo
aunque tu cuerpo sea ahora
el templo de lo vano,

de lo que tú odiabas en mi sueño perfecto que jamás concretaras.

¿de qué sirve tanta ciencia?
De qué sirve tanto avance en este siglo si el amor se pierde por las doctrinas de esta sociedad acomplejada

Aquí estoy
y tú tan lejos
tan de nadie
¿Dónde está esa vida en la que me querías con tus uñas de madera?

Te has entregado a la muerte,
a habitar por siempre sólo entre mis sueños inesperados
en las noches de los días en que te recuerdo.

Eres un fantasma hermoso
porque ese verano no vuelve
y esta sociedad
junto con tu traición
me siguen consumiendo.


ENCUENTRO

Mi silencio eres tú
que te disfrazas de tiempo
que conviertes las nubes en nubes no tan grises
que te metes entre mi tinta y mis ojos
mi aliento eres tú
mi sueño de ser libre
mi nada
eso que no existe y se pinta de mil colores
eso eres tú y no te das cuenta
mis lágrimas sin sal
también las más saladas
mis pensamientos sin forma
mi miedo
el frío en mis manos
el color de mis pestañas que nunca te han mirado
un fantasma sin nombre
un niño perdido
un sueño incompleto
un alma que pierde el sabor que lleva
por dentro
mi tristeza eres tú
la luz que no brilla y que brilla
la suerte
la vida
mi vida.
Y ¿para qué?
Si un abrazo tuyo no calma el llanto
porque no estás
porque el universo se queda dormido
y yo trato
huyo de mi cuerpo cansado
de mi cambio empolvado...
De esta ilusión que no puedo vencer
mi sonrisa eres tú
y con eso me basta...


EL UNIVERSO EN MI ALMA DE CRISTAL

Explosión
sentimientos
que giran en contra del ritmo del mundo
sueños que nacen
sueños que mueren
imágenes tardías en el atardecer de mi mente y caída.

Caída lenta y sublime al abismo
del universo delirante de una sinrazón
herida en el subconsciente enfermo
de un presente que palpita.

Derrumbe
catástrofe de heridas sin nombre
de una piel fría que ama
de un dolor suave como la brisa
de septiembre y silencio
silencio que atormenta y envuelve
explosión, caída, silencio...


ABISMO

No siento nada
y al no sentirlo siento que se pierde todo
me pierdo en tu voz que no oigo
en la noche enferma que susurra tu nombre.

¿Quién eres?
¿Acaso la nada que me invade?
¿Los sueños que perecen?
(Otra vez)

No siento nada
y me siento en la profundidad
del ser que me habita
tiemblo
tú eres mi alma dispersa
en la memoria de la vida
yo soy tu voz,
tus manos que se pierden
entre el agua triste
que ya no puedes beber...


OPORTUNIDADES NO

Mazacote de lágrimas,
pesadez en la mente,
cansancio en el lama;
duele, duele, duele.
¿Duele qué?
Duelo yo ¿Y quién soy yo?
¿Qué soy? ¿Qué siento? ¿Qué pienso?
Pienso todo, siento el doble
soy la nada, nada
igual que todos somos nada
aire, lluvia, mundo que gira y gira
que como es sabido no se detiene
porque el tiempo no vuelve
utopía
sueño inverosímil
oportunidades no,
muerte
al final siempre muerte y reinicio
caída y levante
ocaso y resurgir
inicios, inicios, inicios
razones vacías de ti
porque solo eres una sílaba
un ideal, una ilusión pálida
con chispas de sangre y sonrisas
idóneo tú, inexistente
príncipe de nadie
¿poder de qué?
Libertad
palabra que no encierra nada
que a todos los corazones envuelve
y tartamudea
porque no sabe caminar y corre,
yo pretendo ser alguien
pero la inmensidad del universo
que no acaba
dice que no
y la infinitud del tiempo
se ríe de mí
insulta mis ganas
y yo insulto lo insulso
de todo lo que existe
y a mí
que no me salvo de ciudades, sociedades, ritmos, modas, eras, historia y reglas
no soy lo que quiero
soy lo que soy
condicionada hasta por mí
libre de nada
solo de mi voluntad
duele, duele, duele,
duelo yo.


UN POCO MÁS QUE ESO

Por más de un instante
me he perdido en tu boca de hace años
cuando no existías
en el mundo aberrante del oeste de mi vida.

Por más de un instante tus manos
nacieron en mi rincón de dulzura
y he llorado con el recuerdo de los besos
que pintaron heridas en mi alma
eres un muñeco de madera
que se incendia irremediablemente abandonado
en el bosque de esperanzas
que ya no sirven para nada.

Por más de un instante tu tristeza
se ha quedado anidada aquí
en mi vientre de mentira,
de sueños que perecen
por el gris impacto de la sociedad.

Te has metido aquí
en mi instante de soledad que ya no te pertenece
por ser la sombra del amor que vivimos
de la rosa marchita que guardé en un cajón.

Por más de un instante invades mi hoja,
mi lápiz, mis ojos y mi luz.

Eres la muerte que vive en mi garganta de acero,
eres este instante que dura un poco más que eso…
Y nada más.

CAUSA

Una falla en la evolución...
Una neurona loca,
un pedazo de alma
que se dejó arrastrar por el viento
y entonces: error.
Error que modifica la substancia
que cambia la esencia
aunque todo parezca ir con el ritmo del mundo.
No.
Planes con un sabor amargo al final.
Estructura de papel.
Desorden
pobreza
prioridades que se mezclan
y entonces falla
una partícula de polvo.
Una pestaña que se cae
ruido imperceptible
grito que nadie escuchó
y el camino fue caminado
y el error dado por alto
nadie se libera
porque las cadenas son invisibles
la neurona que no evolucionó
daba origen a la verdadera inteligencia
pero nadie dijo nada
y nadie leerá esto
¡shuuuu!
porque la marcha atrás se quedó ciega.


DERROTA

Mi mundo eres tú…
he perdido esta maldita batalla
mi maltrecho corazón muere otra vez
sin nacer de nuevo
y entonces he perdido dos veces.

Mi mundo eres tú
el espacio que habito
el tiempo que consume mi voluntad y mi conciencia
mi razón es tu esencia
vagas entre mis células
adormeces mi calma
alborotas mi tristeza…

Te quiero
te quiero metido entre mis huesos
te quiero con la furia del universo al girar
con mis uñas mordidas
y mi dignidad perdida.

Mírame
soy el punto negro entre todos los otros millones de puntos negros
bésame
mi boca nació para que la besaras tú
para renunciar a todo mi perfecto futuro
para decir que no al proyecto social en que esperaban que me convirtiera
no
a todo no por ti.

Mi mundo eres tú,
la galaxia que contiene a mi alma
mi noche
mi día
mi vida en espiral
mis luchas perdidas
eres tú lo que faltaba para coronar la tristeza paupérrima y enferma del rincón de mi casa embrujada.

Los desechos de mi ser
los sueños más brillantes
todo te pertenece
todo cabe en la palma de tu mano
aun mi inocencia perdida.

¿Qué es caer al infierno?
¿Qué es amarte de este modo?

Mi mundo eres tú
he perdido todo lo que tenia
y no he ganado nada
tu pasado me aplasta
tu integridad me lastima
tu perfección domina cada respiración de mi cuerpo.

Muero
voy a morir
no naceré esta vez
tu hombría me ha vencido
mi condición de mujer aparece
y no puedo odiarla
porque me hace amarte
he muerto.


LA CIUDAD

Ciudad varada en el siglo de la mente
donde no caben los sentimientos de antes
“angustia” llevas escrito en la frente.

La gente pasa por tus calles regadas de restos de vidas que vagan por la noche
la gente no sabe
y tú la miras
la miras pasar con sus abrigos de piel
con sus conciencias perdidas
y sus perfumes de Channel.

Ciudad con rincones de nadie
ciudad con destellos de muerte
tu cielo es negro como el alma de la gente que camina sobre ti
el humo contamina tus lágrimas de bronce…
de adobe manchado de carmín.

Testigo de tantas historias
presa de la especie que dice ser superior.

¿Qué es la vida?
Te preguntas en la avenida
en la que se roban la risa de un alma sorprendida.

Ciudad de prostitutas y perros
de mendigos y sueños
ciudad moderna del siglo del progreso
de gente que actúa peor que las bestias
tú conoces el retumbar de los gritos
tú solo puedes ver la gente pasar.


CHICO DE PLÁSTICO

Qué frío eres
vacío
ausente
preso de la globalización
de las marcas
¿Qué eres?
¿Quién te obligó a abandonar tu alma?
¿de qué te sirven esos ojos?
Si tu mundo es el dinero
el “qué dirán”
si tus sueños se limitan a una casa grande y a la chica más bonita
si lo único que quieres es la ropa fina
las fiestas más caras y tus amigos del Markham
si dejas un hueco en mi pecho cada vez que me hablas
¿Qué escondes detrás de tu mascara de niño bien?
¿Quién te hizo esa herida tan grande
que ocultas que disfrazas que yo puedo ver?
Qué frío eres
y qué triste.


ADICTO

Todo le han quitado
solo lo han dejado
en el rincón
en lo oscuro
en lo eternamente frío
sin balance
sin opción
con sangre en el alma
teñida la calma
porque clama
por que llora
porque sufre.

En las ruinas de sus sueños más gloriosos
en la cumbre de esa desdicha
fuerte que no acaba
y no hay perdón.

Como nada lo han dejado
como nada
como cáscara sin fruto
sin sonrisa
sin amor
condenado a la sangre,
al insulto
al olvido
y al adiós.

Con los sueños destrozados
con un cielo donde no hay sol
con la burla frívola
de algo que no sirve
que no importa
que se pudre.

Y se muere
como el perro viejo y flaco de la calle
que ya nadie quiere
que todos ven.

Lo han dejado con su melancolía
y mira como suplicando
con unos ojos de pasado que no duermen
con el rencor atravesado
por el destino que lo traicionó
todo le han quitado
y se muere.


CARENCIAS

El camino y el mar no tiene sentido
si la luz de la sombra de tu alma
se ha extinguido en el mundo de esbozos de aquella inocencia
piel
aire
y el café de tus ojos que no volverá
sueños
papel absurdo que no atrapa nuestra historia
mi locura o tu memoria
risas
sangre
cielo que se cae por tus uñas ausentes
y tu boca rota.

La nostalgia obliga
y huyes
mis heridas te claman y yo te maldigo
desde el beso hasta el llanto
desde el despecho de esa muerte que no nos perdonamos.

Carencias
sobras
restos
fuego que arrastra
que destroza el viaje al cual no partiremos.

Luna
que sin ti no es luna ni sol ni nada
niebla de promesas negras que te regalo
y una lágrima que por siempre pinto en tus labios.

Vacío
espacio inútil
inercia de todo lo que lleva tu nombre gastado
lluvia y hielo
yo te he amado en esta noche amarga
en la que no piensas porque tienes miedo.

FIN
© Derechos Reservados Amado Muñoz Cuchca - Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2006-3043

6 jul 2009

POESÍA LIBRE
WILBER VILLANUEVA ANCO
Lo que define a Wilber Villanueva, no es solo su humildad y su entrega por hacer bien las cosas, sino, sobre todo, su empeño por dejar precedentes culturales para que los que vienen detrás de él, caminen con cierta holgura.

Con su aporte poético, iniciamos meses atrás, la publicación de Ex Professo en nuestra universidad y hoy, nuevamente, nos complace entregar otro puñado de sus hermosos poemas.

Constantemente, vemos a Willy, motivando a los demás para que se arriesguen a publicar o para que lo sigan haciendo, sea directamente o a través de los acertados comentarios que envía a los blogs a los cuales se adhiere con sincera vocación de crítico y amigo.

Hablar de su poesía es siempre grato, su aporte literario está en pleno crecimiento. Wilber ya tiene ganado un espacio en nuestra literatura nacional. Su obra es vital y significativa, siempre está tratando de romper lo cotidiano, lo caduco, para ajustar su poesía a su sentir real y a las exigencias de su generación.

Dependerá de él seguir cultivándose, exigiéndose y dándose a conocer a través de sus publicaciones, nosotros estaremos siempre atentos para publicar lo que nos haga llegar, esa es nuestra misión, ese es nuestro compromiso con él y con su obra literaria.


INICIO DEL DESCENSO

Romper este mutismo
sin murmullos ni latidos
solo en delicados roces
con pétalos enfermos.

Lograr la luz
a pesar de la noche.

Esconder detrás de mis ojos
el mar que me desborda
y que a veces me ahoga.

Hoy quiero hacer de mis delirios
carnavales infinitos

Enredarme en tus cabellos
y no desfallecer en el intento.

He pecado, ya lo sé,
pero busco redimirme en tu mirada y
quebrar de una vez por todas,
este miedo
el maldito miedo que me abriga

Y que a veces,
solo a veces
me aleja de ti.


HABLO DE TI

Hablo de ti
de lo que callo.

De las veces
que me quedo quieto
y espero.

Observándote
tan distante.

Hablo de ti
cuando estás
cuando no estás.

Cuando me busco desesperadamente
tratando de encontrarme
en tu mirada,
en tus ojos esquivos.

Y hablo de ti,
de mí,
de esta distancia,
de esta extraña sensación
de muda nostalgia,
en tu presencia
en tu no presencia.


HÉLICE

Verde azul
el mar, amar
en tus ojos hambrientos
de la sal de mi cuerpo.

Surge el albur en los extramuros del cielo
y son las luces las que nos rozan
como hélices,
las que me devuelven la alegría
hipnotizando la arena
esparcida en mi memoria
y en todo alrededor.

Amor, el mar, amar
hoy seremos esa arena oculta de la orilla
bajo un cielo incontenible
de sombras infinitas, luminosas
que giran y giran creando la brisa
creando la vida
desde nuestros corazones.


MATAZ

Dices más y te mueves
lentamente a mi alrededor
sin voz.

Tu sonrisa se me ofrece
como fruta fresca
que sacia mi apetito.

Y me atisba la locura
de amarte sin razón.

Creo en ti como un niño dócil,
pon tu herida en mi herida
sumergida, sumergido.

Para que no duela esta vida
debo hallarte corazón,
debo hallarte
a cada instante
y revivirte
en cada suspiro,
vivir en tu interior;
desconocer el tiempo despiadado
que me odia,
que odia nuestra suerte.

Crees más de lo que digo
a pesar de mi silencio
a pesar de este silencio.


RICTUS

Átame
como si se te fuera la vida en ello
con tus dedos alargados
crea nudos que jamás desataré.

Borra toda oscuridad
y ciégame
de a pocos.

Seremos solo uno.

Un amasijo de carne palpitante
que arderá
indefectiblemente.

Por todos los rincones asquerosos
de esta
tristísima ciudad.


PRESAGIO

Este silencio absoluto
es para ti
la oscuridad y mis caricias.

No necesito decir más.

Aun cuando puedas estar
presagiando
vanamente
la desaparición de mí fe.

En nuestras miradas
quedará este deleite desnudo
que la madrugada serena
sabrá reflejar en tu sonrisa.

Al amanecer.

Abrazarás mi silencio
y sabré callar
enjugarás mis lágrimas
y ya solo en tus brazos
sabré olvidar.


EL ETERNO RETORNO

Algo habita
bajo tus dedos,
ilumina mi sendero
como un fuego frío
que consume por dentro.

Refléjame
en la más profunda oscuridad.

Una vez más.

Siénteme
desde la penumbra de tu espacio olvidado.

En perversa soledad.

Llenaré tus vacíos
aquellos que alguna vez creíste olvidar.

Sin penas ni remordimientos
llegaré a ti,
preso de todos mis miedos.

Para refugiarme
otra vez en tu herida,
saciarme en tu piel,
recordando las promesas
que algún día olvidé.


SALITRE

Me es imposible volcar la humedad
el delirio o la angustia más insignificante,
que asoma tímidamente
mientras duerme
el insecto voraz que nos habita.

A veces nos cuesta volver,
de la mirada interior
y sabernos totalmente ilesos.

Escuchar el gemido más enfermo
y revolvernos
amargamente sobre él.

Imposible no odiar
el espasmo eterno de vivir
amargamente entre demonios.

Surge la herida, una vez más
y la sangre no la cubre, no la oculta.

Es imposible volcar toda esta humedad.

Demasiado mar
que nos inunda cada vez más
sin sentir
el más mínimo de los remordimientos.


ORACIÓN

Cansado de soñar
le he cedido al cielo
mis fuerzas
y ahora
debería viajar
vagando
entre nubes
sin rumbos
ni destinos
dejando
que el viento
y la casualidad
me lleven
finalmente
a tus brazos.


ESTACIÓN

Arden las ramas
de un otoño que se fue,
quebró el silencio
el tiempo perdido de mis pasos
junto a él me he visto morir
con heridas ajenas
a mis espaldas
creyéndolas mías.

Mas, pronto llegará
la luz profunda de los días
amanecerá tan pronto
para iluminar nuevas miserias
más hojas secas bajo mis pies
con su sonido espantoso
quebrando el asfalto.

Me ocultaré,
me cobijaré
bajo mi armadura
mi piel curtida
que todo lo soporta
y volveré al ser
a caminar torpemente
bajo esta nueva estación
cruda y procelosa.