Llevaste mi
soledad
mis horas
de ardor y mis recuerdos
entre tus extremidades
de seda
entre tus
ropajes multicolores
entre tu
piel de musa
y tus pupilas
dilatadas por la dicha
hacia un lugar prohibido
para mis
pensamientos.
Te
llevaste todo de mí
y me quedé
impuro
sin el
matiz de tu sonrisa
sin la luz
de tus palabras
sin la
esperanza del mañana
que
habíamos soñado,
sé
que el mundo recién inicia
y mis manos pretéritas
y mis manos pretéritas
deben
fabricar mi aurora,
mi ocaso, mi historia;
mi vida misma
o sucumbir en el intento…