24 nov 2020

MUJER MÍA…




Esa magia infinita que en tus labios
esboza tu beldad cuando me hablas,
conduce mi andar imperecedero
mientras inundas mis recuerdos.

Eres la música divina que sosiega
con su estentórea risa, mis pesares;
mientras me calzo el corazón
confiando en que la dicha existe.

Y dejo que mis latidos se acompasen
con el rumor perenne de tu risa
y callo para oírte entre mis brazos
dejando que me invada tu imagen
como si la vida mía fuese tuya...
habitas en mí, esposa mía.