Hoy tus ojos me dieron una esperanza
y mis manos temblorosas
acariciaron el vacío que dejaste,
es que no estás aquí, y yo
vago en pos de una pena...
La niebla de esta tarde me impide ver
el rumbo que recorrerán mis manos
hasta llegar a ti,
y se esfuma mi ilusión porque tú
no oyes los latidos de mi alma...