Recorro entre espejismos tu olor
recobrando esas distancias,
y me visto de tu perfume maternal
entre suspiros y llantos ilógicos.
Y trepida mi ser a toda prisa
y amenaza estallar mi espíritu
y mi ayer se agolpa en mi pecho,
rememorando una caricia mustia
añorando tu piel tersa y bella.
Mas, no hay pena
que no amarte locamente
que no amarte locamente
como te aman mis horas recorridas
y te arrulla el viento de mis noches
a muchos años luz de una caricia.