18 nov 2014




Guardiana de mis bosques
mujer de otros regazos
piel de algún sueño inusitado
caricia juvenil, tú…

La emisión refulgente
de tu mirada virginal
destella la senda
de estos callados días,
de esta añosa soledad
que en compañía de mis penas
duele menos que ayer.

Y tú, musa celeste y clamorosa
con tu piel de eterna madreselva
aspiras la inquietud amedrentada
de las almas que divagan insomnes
por este valle lacrimoso
en pos de algún consuelo no soñado.