21 oct 2006

POESIA LIBRE DE CARLOS VENERO









CORAZÓN
Fuerza acaba y hoy empieza,
el dolor fuerte sobre el alma, a empujar ya la grandeza,
de tus ojos en mi espalda.
La tristeza aun conmigo,
bajo la luna agraciada,
con destreza y mucho tino,
vela mi esencia asesinada.
Y con dolor cruel soy vencido,
y con la sangre que se esparce,
más vale amar siendo vivo,
que amar muerto por besarte.
Y con la fuerza de mi alma,
esa que escapo contigo,
oigo tu voz,
y aún exalta cada latido vacío…

¿BRILLAS?

¿Fue la luz sobre tu faz o tu faz sobre la luz?
Fue algo tan hermoso,
¿y cómo no?
Tan sólo fuiste tú.
Fuiste tú junto al sol,
junto a la ventana,
una tarde,
una tarde de verano,
mataría por besarte.
Besar tus labios rosados,
acariciar tu mejilla con mi mano derecha,
y sentir cómo te estremeces,
por el amor, por tu belleza.
La belleza del momento,
¿De ese beso o de ese sueño?
No sabría responder, por qué vivo...
Vivo despierto cuando estoy contigo,
y muero dormido cuando no…
Será que te amo,
y seguirá siendo siempre,
será pues será que muero,
para vivir en tu ser...
¿DUDAS? O CONVICCIONES
Algunas veces me pregunto,
¿Por qué siempre escribo a tu amor?,
¿Por qué habiendo tanta belleza
en ti veo todo el esplendor de mi angustia?
Y porque al sentirte cerca, se me va la voz,
se ilumina el día,
se apaga alrededor,
sólo veo el sol, y debajo tú y yo,
a mil metros de distancia,
pero en fin, tú y yo.
Porque al empezar el día,
acabo de morir,
pues en sueños estoy vivo,
ya que estoy cerca de ti,
y si por casualidad,
me sonríes ya despierta,
ya real, ya despierto,
se desmayan mis sentidos,
haciéndome parecer muerto,
y ante tus ojos perdido.
Por eso pues es que te escribo,
dulce afán,
dulce amor mío,
que aunque para ti esté muerto,
tu presencia me hace vivo.
Por eso pues es que te escribo,
dando todo por soñarte,
pasa el tiempo estoy dormido,
cada vez más, entre tus labios,
abatido pensando
si tendré algún día tu amor cerca,
o viviré para morir
sin llevármelo conmigo.
LUNA
Blanca luna,
paz y quietud,
tu sombra,
tu silueta,
a lo lejos,
a contraluz,
tu amor mi corazón tienta.
Sintiéndome tan tuyo y tan eterno,
el primer roce de mejillas
desarma mis sentidos;
te siento entre mis brazos,
dentro de mí,
y respiro al fin tu aliento de amor tierno.
Iluminas pues la noche,
sopesar de mi vida,
siento pues ya el derroche,
de amor en el corazón,
siento que es mutuo,
además de su calor,
te abrazo y nos llena la magia tuya,
magia mía.
Te dejo ir,
y te extraño,
mi libertad oscura,
sé que lo haré desde hoy,
hasta que acaben los días,
pero las almas nuestras,
serán tuyas, serán mías,
serán una sola, juntas,
bajo la pálida luna.
QUIERO MORIR, MORIR CONTIGO…
Volviendo a ser lo que escribo,
siento, veo, escucho y presiento,
es tu voz dulce silencio,
y el más dulce vacío,
más aún que el tiempo.
Y dejando de ser verso mío,
verso tuyo,
de tus ojos,
eres mi gran amor,
sólo río,
de escribirlos tan hermosos.
Y paso de no querer verte
a sentirme perdido en tu mirada,
y acabando el día, la suerte, la noche,
me regala un sueño tuyo.
Y sigo queriendo tenerte,
a mil leguas, a mil millas, pero te quiero, te amo,
ya sea lejos o cerca, tenerte aquí a mi lado.
Y sigo queriendo querer morir,
morir contigo,
y me voy muriendo,
dejándote a ti y a mí en el olvido.
RESPLANDOR…
Siento que ya se llena de soledad y olvido,
hoy hasta se envenena, el alma,
pues no estás conmigo,
sonríes en mi espejo,
con tus labios de encanto,
en la pupila,
el reflejo,
empoza un manantial de llanto.
Y sin ser, siendo poca cosa,
y sin ver suerte en el martirio,
de perder luz tenue y luz hermosa,
de yacer en el mar perdido...
Y sin ser luz o ser estrella,
sin acaudalar dolor sentido,
sin ser sol o ser cometa,
resplandeciente por ti yo sigo.
SENTADA TU EN LA PLAYA Y YO TAN CERCA
Sentada tu en la playa,
en la arena, el mar, el cielo,
salpicado de estrellas,
salidas desde mis sueños.
Sintiéndote ahora tan cerca,
tan tú, tan yo,
tan viva,
mi corazón te hace eterna,
y en un cálido verso, mía.
Y esperando soñar despierto,
y sintiendo que vuela el alma,
me sonríes y tú tan tierna,
me acompañas a ver el alba.
Y en tus brazos caigo rendido,
y tus ojos siento que me hablan,
en las palabras ya estoy perdido,
ahogándome por fin en tu mirada.